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Sonora, una vez más: Estefanía dio a luz y pasó 47 días con gasas olvidadas dentro de su cuerpo

22/02/2019 - 10:56 am

El pasado 18 de febrero se informó el caso de una bebé que nació en el automóvil de su familia después de que presuntamente le negaran la atención médica a su madre en el Centro de Salud de Magdalena de Kino, ubicado en Sonora. Después de dar a luz, regresó al hospital para nuevamente pedir ayuda, por lo que ingresaron a la recién nacida a una incubadora armada con un garrafón de agua. El hospital se ha defendido asegurando que no cuentan con equipo y que ya han denunciado la situación ante las autoridades.

A partir de este caso, otros más han salido a luz en la entidad. Ahora, Noemí Ávila Álvarez, una madre que acaba de dar a luz, denunció que luego de su parto en el Hospital General de Cananea le dejaron durante 47 días gasas en el cuerpo.  Fue otro doctor del mismo hospital quien se dio cuenta y alertó que la joven de 18 años pudo haber muerto por una fuerte infección. La madre regresó para ser atendida, sin embargo una enfermera le entregó una receta para un medicamento que debía surtir, pero ella no tenía dinero para comprarlo. “¿Y si no puedo comprarlo?, le dijo. 'No sé', me contestó, yo le doy la receta y si no lo trae, no se lo pongo'".

Por Astrid Arellano

Sonora, 22 de febrero (Proyecto Puente/SinEmbargo).- Sin saberlo, Estefanía sufrió por más de 47 días con gasas que se pudrieron dentro de su cuerpo, luego de dar a luz en el Hospital General de Cananea, Sonora.

A través de las redes sociales, su madre, Noemí Ávila Álvarez, denunció el caso de una presunta negligencia médica donde, de acuerdo con el diagnóstico posterior de un médico del mismo hospital, la joven de 18 años pudo haber muerto por una fuerte infección.

Estefanía Jiménez Ávila se convirtió en madre primeriza el 30 de diciembre de 2018, después de un parto largo y doloroso donde padeció un desgarre, contó su madre, por el que la suturaron dos veces y sufrió una hemorragia.

Ahí fue cuando le colocaron dos “pelotas” de gasas a manera de tapón pero que, al darla de alta, no le retiraron. Ella se dio cuenta hasta este lunes 18 de febrero, 47 días después, cuando no soportó más el dolor.

Por esto, la familia decidió interponer una denuncia en contra del hospital y de quien resulte responsable.
Falta de atención y cuidado

“El bebé le desgarró todo por dentro”, explicó Noemí, “era para césarea, no para un parto normal y por eso la tuvieron que coser desde arriba, toda la vagina por dentro; cuando la pasaron a la cama, tuvo una hemorragia grande y se la volvieron a llevar al quirófano, después la trajeron de vuelta y yo no tenía conocimiento de lo que le hicieron, pensé que la habían suturado más porque no había quedado bien cosida”.

Después regresaron a casa. “No le dieron ni ‘Tempra’, nada para el dolor, nomás la dieron de alta; en casa tenía malestares: calentura, náuseas, dolor de cabeza, se mareaba y se detenía, estaba pálida… fueron 47 días con las gasas adentro”.

Estefanía despedía un olor nauseabundo cuando iba al baño, “como a podrido, como si hubiera un animal muerto”, explicó su madre.

Las visitas al doctor después de esto, fueron tres y, en todas, a pesar de la alta temperatura que presentaba Estefanía, los médicos le dijeron que no tenía nada y que sus síntomas podían ser porque estaba amamantando a su recién nacido.

La noche del lunes 18 de febrero pasado, cerca de las 22:00 horas, Estefanía le llamó a su madre, llorando y gritando de dolor, para decirle que no soportaba más. Ella sentía algo pero no sabía qué era, entonces Noemí pidió que llevaran a su hija a Cananea desde Cuitaca, comunidad a 30 minutos de ese municipio, donde vive con su esposo.

Ya en el Hospital General, un médico de guardia escuchó la situación y la revisó.

“El doctor ve que trae unas bolas de gasas, pero envueltas en otras gasas”, explicó Noemí, “parecían unos calcetines, de tan grandes, así como cuando enredas dos calcetines, de ese tamaño, y le saca uno y le saca otro… los tapones que le pusieron.

Me duele hasta el alma ver que estaban podridas ahí adentro, el mismo médico de guardia le dice: ‘no sé cómo estás viva, mija, porque en dos semanas te da una infección tan grande que se pasa a la sangre, a los órganos y cualquiera se muere con esto que te pasó a ti”.

Una enfermera le entregó a Noemí una receta para un medicamento que debía surtir, pero ella no tenía dinero para comprarlo. “¿Y si no puedo comprarlo?”, le dijo, “no sé, me contestó, yo le doy la receta y si no lo trae, no se lo pongo. Órale, qué sensible, dije. Pues salí a conseguir para el medicamento, regresé y se lo pusieron”.

En cuanto pudo, ya pasada la medianoche, Noemí decidió hacer pública su denuncia. A través de Facebook, solicitó a una página local que publicara un mensaje suyo y una imagen que constataba lo que le sacaron a su hija, con el objetivo de difundirlos.

La publicación tuvo bastante impacto, donde cientos de comentarios apoyaron a la familia y otros más compartieron casos de negligencia o de nula atención en ese hospital. Pero, sin explicación, fue borrada unas horas después sin dejar rastro, porque ella nunca lo publicó de origen en su cuenta personal, así que desapareció todo registro del hecho en la red.

La tarde del martes 19 de febrero, Félix Higuera Romero, subsecretario de Salud y otros funcionarios de la dependencia, visitaron a Estefanía en el hospital y a Noemí en su trabajo, para ofrecerles una disculpa.

“Les digo que no se me hace justo que esté pasando esto”, dijo, “cuando entregué a mi niña en la puerta del hospital para que sanara, yo estaba confiando en ellos, pero no hacen las cosas con amor, con humanidad… me da terror lo que sufrió mi hija en el hospital y yo no estaba adentro para verlo”.

Noemí, llorando, recordó que antes de que su hija entrara a la sala de partos, notó las caras de molestia y enfado de las enfermeras porque ya era muy tarde. Entonces la acarició, sin imaginarse lo que le esperaba. “No llores ni grites fuerte para que te traten bien”, le dijo.

“¿Cuántas cosas se debió estar aguantando?”, se preguntó la madre.

“El doctor me lastimó mucho la primera vez que me cosieron, me suturaron, luego tuve una hemorragia y me suturaron otra vez, pero otro doctor, (porque el primero) no miraba dónde hacían falta (otros puntos); no supe (quién dejó las gasas) porque me cosieron tres doctores diferentes”.

Estefanía solo supo que le colocaron ocho gasas y que esas sí se las sacaron, pero de lo que se quedó adentro a manera de tapón, no se enteró sino hasta que se puso grave.

“Fue un error de ellos”, agregó, “me pidieron disculpas pero, ¿y si me hubiera pasado algo? ¿Si hubiera fallecido? ¿Iban a venir a pedir disculpas a mi hijo y a mi esposo?”

NO CONFIAMOS

“Vinieron a hablar conmigo, me dijeron que retirara la nota de las redes sociales, que iban a sancionar a los médicos”, dijo Noemí sobre la visita de los funcionarios de Salud, “pero yo no confío en ellos, ni confío en cómo esté mi hija en realidad, necesito que la atienda otro médico para saber que está bien”.

Las autoridades le dieron el medicamento que se le había negado en un principio y quedaron de entregarle otro más que Estefanía necesitaba pero que no estaba disponible, además, le indicaron que le pondrían una cita médica para revisarla y que ellos mismos se encargarían de llevarla, sin embargo, no han vuelto a buscarlas y tampoco les han respondido el teléfono.

La tarde de este 21 de febrero, Estefanía, en compañía de su esposo, se dirigió a interponer una denuncia en contra del hospital, para que se investigue el caso.
“Mi hija puso una denuncia contra el hospital y los médicos que la atendieron, porque no confiamos en que los vayan a castigar, no confiamos en lo que digan”.

De acuerdo con la versión que las autoridades de Salud le dieron a Noemí, hubo tres doctores y dos enfermeras involucradas, quienes reconocieron los errores que cada uno cometió, como haber dejado las gasas y, al no leer su expediente, haberla dado de alta.

“Están reconociendo su error, ‘somos humanos’, dijeron, pero es la vida de mi hija, ¿qué tal si hubiera muerto? ¿A cuántas personas no les pasa esto y uno ni cuenta se da porque nadie lo expone?”, aseveró Noemí.

Y agregó: “Que se ponga cada quien a hacer su trabajo como corresponde, con amor por salvar vidas, con preocupación; esto que pasó es como para que despierten y no se distraigan; nosotros confiamos en ellos, confiamos en los doctores.

Pero nosotros jamás volveremos a ese hospital. No tenemos para otro servicio médico, el Seguro Popular es con lo que contamos, pero ahora vamos a trabajar más o a ver cómo le hacemos para cuando tengamos que ir, porque ahí no es confiable”.

LA RESPUESTA

Sobre este caso, la Secretaría de Salud en Sonora, respondió a través de un boletín la noche del pasado 19 de febrero que “tras confirmar lo ocurrido, se estableció separar temporalmente de sus funciones a los servidores públicos relacionados con este caso, para emprender una investigación de los hechos y deslindar responsabilidades”.

ESTE CONTENIDO ES PUBLICADO POR SINEMBARGO CON AUTORIZACIÓN EXPRESA DE Proyecto Puente. Ver ORIGINAL aquí. Prohibida su reproducción.

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